PERALES DE TAJUÑA (Madrid) Festival Taurino
Con media plaza, se han lidiado Novillos de Miguel Candelario, manejables, el 4º de gran juego.
Vicente del Rio: Dos orejas
Gabriel Martínez: Dos orejas
Miguel Linares: Dos orejas
Juan Antonio Romero: Dos orejas y rabo.
A pesar de las inclemencias meteorológicas y de la irregularidad del piso de plaza por las lluvias caídas durante los últimos días, los cuatro jóvenes novilleros que realizaron ayer el paseíllo en la plaza de toros de “Los Pradillos”, de la localidad madrileña de Perales de Tajuña, dieron la cara y estuvieron voluntariosos y con ganas de levantar el festejo.
Abrió plaza el madrileño Vicente del Río que estuvo acoplado y decidido con el primero de la tarde bajo un gran diluvio, corrió muy bien la mano derecha y estuvo tesonero con el novillo aquerenciado en tablas, -al igual que como sus hermano-, mató de una gran estocada y paseo dos apéndices.
El alicantino Gabriel Martínez, procedente de la escuela taurina capitalina, pechó con el novillo más fuerte del encierro, tras el recibo capotero, estuvo por encima del animal muy firme y gustándose por el pitón izquierdo con un novillo que no se lo puso nada fácil, pero su oficio y técnica le valió para ganarle la partida.
Por su parte el jienense Miguel Linares, natural del pueblo homónimo lanceó con gusto a la verónica rematando con una recorte muy torero, tras ello brindó su novillo al cielo y comenzó la faena de muleta doblándose cómodamente con el novillo, tras centrarle opto por la mano diestra para poderle a su enemigo, un animal desclasado y con algo de complicaciones, le valieron una tanda por derechazos rematados con un ceñido pase de pecho para pasaportar al que hacia tercero, el linarense demostró atesoramiento, clase y buen gusto
El mejor novillo se lo llevó el joven becerrista de dinastía Juan Antonio Romero, de Arganda del Rey, Madrid, formándole un lio con el capote en pintureras y estéticas verónicas, el nuevo valor mataba su primer novillo en público y dejo un buen sabor de boca ya que atesora cualidades para ser buen torero, como lo fue su abuelo Juan Antonio Romero “El Ciclón de Jerez”, con la franela, lo mejores muletazos fueron por naturales en ejecuciones de largos y ajustados trazos.
Con media plaza, se han lidiado Novillos de Miguel Candelario, manejables, el 4º de gran juego.
Vicente del Rio: Dos orejas
Gabriel Martínez: Dos orejas
Miguel Linares: Dos orejas
Juan Antonio Romero: Dos orejas y rabo.
A pesar de las inclemencias meteorológicas y de la irregularidad del piso de plaza por las lluvias caídas durante los últimos días, los cuatro jóvenes novilleros que realizaron ayer el paseíllo en la plaza de toros de “Los Pradillos”, de la localidad madrileña de Perales de Tajuña, dieron la cara y estuvieron voluntariosos y con ganas de levantar el festejo.
Abrió plaza el madrileño Vicente del Río que estuvo acoplado y decidido con el primero de la tarde bajo un gran diluvio, corrió muy bien la mano derecha y estuvo tesonero con el novillo aquerenciado en tablas, -al igual que como sus hermano-, mató de una gran estocada y paseo dos apéndices.
El alicantino Gabriel Martínez, procedente de la escuela taurina capitalina, pechó con el novillo más fuerte del encierro, tras el recibo capotero, estuvo por encima del animal muy firme y gustándose por el pitón izquierdo con un novillo que no se lo puso nada fácil, pero su oficio y técnica le valió para ganarle la partida.
Por su parte el jienense Miguel Linares, natural del pueblo homónimo lanceó con gusto a la verónica rematando con una recorte muy torero, tras ello brindó su novillo al cielo y comenzó la faena de muleta doblándose cómodamente con el novillo, tras centrarle opto por la mano diestra para poderle a su enemigo, un animal desclasado y con algo de complicaciones, le valieron una tanda por derechazos rematados con un ceñido pase de pecho para pasaportar al que hacia tercero, el linarense demostró atesoramiento, clase y buen gusto
El mejor novillo se lo llevó el joven becerrista de dinastía Juan Antonio Romero, de Arganda del Rey, Madrid, formándole un lio con el capote en pintureras y estéticas verónicas, el nuevo valor mataba su primer novillo en público y dejo un buen sabor de boca ya que atesora cualidades para ser buen torero, como lo fue su abuelo Juan Antonio Romero “El Ciclón de Jerez”, con la franela, lo mejores muletazos fueron por naturales en ejecuciones de largos y ajustados trazos.
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